Recuerdo una vez que iba manejando en uno de esos días típicos de nuestra ciudad, 37 grados de temperatura y bastante humedad, mi aire acondicionado me saboteaba y no enfriaba rápidamente el interior de mi carro, yo iba en el carril que me correspondía pues iba a doblar y de repente del carril contrario ¡bum! como por arte de magia, salió un vehículo conducido por alguien, que seguramente, llevaba más prisa que yo y sin importarle que no solo yo esperaba, se lanzó como flecha directo a su objetivo.
En ese momento, claro, yo sentí como mi cuerpo se transformaba, como el estado tranquilo que minutos antes tenía desaparecía en un tronar de dedos, y se convertía en ira.
El enojo o ira es parte de nuestras emociones primarias, las cuales en la mayoría de los casos se encuentran en nuestro cerebro reptil y actuamos de manera explosiva, las emociones son:
- Miedo
- Amor
- Alegría
- Sorpresa
- Disgusto
- Tristeza
- Interés
- Ira
El enojo, es totalmente normal y humano, es una emoción necesaria y saludable, hasta el punto en donde por cualquier cosa y de manera inexplicable explotamos, en ese momento es ya un problema.
El enojo, como cualquiera de las otras emociones, lo podemos sentir en nuestro cuerpo, de alguna manera se refleja, ya sea en tu cara, espalda, estomago u otra parte. Por instinto, lo primero que solemos hacer al estar enojados, es apretar los puños, ya que es una manera de defensa, muchas veces el enojo va acompañado por gritos, golpes o acciones de las que nos arrepentimos.
Controlar esta emoción es importante para tu salud, por ello, la próxima vez que sientas que te estas enojando, identifica que parte de tu cuerpo reacciona, de inmediato toma unos segundos, respira y recupera el control para reducir su impacto sentirás una gran satisfacción. Es bueno expresar cómo te sientes, pero usa tu cerebro racional, como decimos en la calle, no dejes que la víscera te gane y hable por ti, si no puedes deshacer las cosas o evitar a las personas que te provocan enojo, aprende a controlarlo, no olvides; el que no controla sus emociones es víctima de sus circunstancias.
Coach Yadira Pedrero
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