Hace unos días me toco encontrarme con una amiga y platicábamos entre otros temas, sobre uno que muchos hemos vivido, las clásicas preguntas hechas por los demás sobre nuestra vida personal.
Estas preguntas suelen ser la mayoría de las veces, sin filtro, directas y muy invasivas, algunas de ellas puede ser; en el caso de que estés soltero (a): ¿cuándo vas a tener novio (a)?
Si ya eres casado (a) y sin hijos, la pregunta mágica será: ¿y para cuando los hijos?
Si tienes un hijo, la pregunta será: ¿y el segundo, para cuándo?; si es niño, la comunicación cambiara y lo que oirás será seguramente un: deberías buscar la niña y tener la parejita.
¡ALTO! si eres de los que hacen este tipo de preguntas, te sugiero que dejes de ir por el mundo haciéndolas, recuerda que el mapa no es el territorio y que lo que para ti podría ser lo correcto, adecuado o ideal, no significa que para la otra persona lo sea. Si sueles hacer estas preguntas, date cuenta si al realizarlas, la otra persona se siente incómoda, no te extrañe que luego sientas o te des cuenta que tus cercanos no procuran tener contacto contigo.
Si eres de los que reciben las preguntas, podrías diseñar algunas respuestas ingeniosas para las mismas, entre ellas responder que: “al ser tú el que dirige tu vida, tú decides que hacer con ella, pues nadie mejor que tu sabe lo que necesitas”.
Si alguien te pregunta algo que la respuesta es una decisión personal, fácil responde con otra pregunta, ejemplo:
Pregunta: ¿Por qué no tienes novio?,
Respuesta: ¿cuál es tu intención al hacer esta pregunta?, ¿hay algo que te preocupe de mi estado civil actualmente?
Pregunta: ¿para cuándo los hijos?
Respuesta: ¿hay alguna fecha de caducidad para tenerlos?, ¿de no tenerlos, cambiaria nuestra actual relación?
Solemos ir enarbolando la bandera del respeto a los demás, ¿pero realmente lo hacemos? si te cachas haciendo las preguntas mencionadas o algunas parecidas, detente y aprende a realmente respetar la individualidad y decisiones de los demás, en lugar de hacer estas preguntas, cuando veas a alguien, dile: cuanto gusto me da verte y saber que estas bien, eso me hace muy feliz
Aprendamos realmente a respetar a los demás.
Bendecida ruta de vida
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